A fines de agosto se inauguró Espacio Sommelier, una carnicería en Nordelta atendida por sus tres dueños, quienes se formaron en la Facultad de Veterinaria de la UBA como sommeliers de carne. Además de la venta de productos, el local cuenta con un espacio para la cata.
La arquitectura del local estuvo a cargo de Marcela Leikis, quien describe que “la forma circular elegida para el proyecto presenta la oportunidad de acompañarlo con un diseño original”.
Según cuenta la arquitecta Leikis, el partido es un espacio único en donde el mobiliario actúa como ordenador y articulador. Se ingresa a un hall recibidor y desde allí se pueden visualizar las distintas áreas del local, “ya que una de las premisas de diseño fue la transparencia, para poder interactuar visualmente con todos los sectores”.
Hacia la derecha del hall se ubica el sector de exposición y venta. Este espacio cuenta con heladeras para carnes, quesos y embutidos, isla central con vinos y freezer para cortes congelados.
En el área opuesta al acceso se encuentra el aula donde se dictan los cursos. Allí se destaca una mesa de petiribí maciza de forma semicircular, que acompaña la forma del local. En ese espacio caben diez participantes sentados.
El esquema está pensado para presentaciones de especialistas. Mientras visualizan imágenes que se proyectan en una pantalla colgante van degustando los distintos tipos de carnes. En el sector también se ubicó un mueble de apoyo con dispenser de vinos y máquina de café.
El interiorismo se basó en colores cálidos y tonos madera, iluminación tenue (requerida para la conservación de los vinos) y unas cavas que exhiben los vinos, son colgantes y están amuradas en la pared. Sirven de stock de botellas y de elemento decorativo al mismo tiempo.
El sector de las cajas se ubica en el hall, lugar desde donde se dominan visualmente todos los movimientos.
El proyecto se completa con un espacio cerrado que no está disponible al público y cuenta con sanitarios, cocina, oficina y cámara frigorífica con antecámara