Michael Cheika es un argentino más. Quizás a través de sus declaraciones -mezcla de inglés, italiano y español- no lo permiten percibir, pero basta con mirar alrededor de lo que ocurrió después del triunfo ante Japón en Nantes para entenderlo así. El DT australiano celebró con su familia, se abrazó con sus hijos -todos con la camiseta de Los Pumas puesta- y se ilusionó con lo que puede venir en este Mundial de rugby 2023.
La clasificación a cuartos de final, dijo, puede representar un click positivo para la Selección Argentina. Es que en su opinión los jugadores se sentían presionados por la responsabilidad de devolverle a los hinchas que llegaron hasta Francia y a aquellos que los acompañaron por televisión un poco de ese apoyo constante, más allá de los matices de juego que se han dado durante este mes de competencia.
«Sin hacer un gran detalle, creo que fuimos efectivos en ataque. Para mí los jugadores están afectados por el público, que gastaron mucho dinero para venir. Ahora que esta tensión pasa, creemos que podemos ir a buscar el partido con Gales», consideró.
«No estamos acá para estar en cuartos de final, yo quiero ir por mucho más. Ahora hay que ir a Marsella por la próxima», se ilusionó la cabeza del cuerpo técnico que tiene a los ex Puma Felipe Contepomi y Juan Martín Fernández Lobbe.
Sin mucha profundidad, Cheika se metió en el debate de los medios, más allá del buen trabajo que mostraron ante Japón de Gonzalo Bertranou y Santiago Carreras de inicio, y Lautaro Bazán Vélez y Nico Sánchez de reemplazo. «Las dos parejas de medios jugaron bien la semana pasada y hoy lo hicieron bien también. Con todo el grupo tengo mucha confianza para que entren a la cancha», se limitó a responder.