el lado más íntimo de Riley Keough

el lado más íntimo de Riley Keough

Riley Keough es la portada del número de septiembre de ‘Vanity Fair’ en Estados Unidos. En la entrevista, la nieta de Elvis Presley habla del nacimiento de su hija por gestación subrogada, de la muerte de su madre Lisa Marie Presley y de la tortuosa relación con su abuela Priscilla Presley. «He pasado por mucho dolor. Parte de mí ha muerto y he sentido que mi corazón ha explotado, pero estoy tratando de seguir adelante fortalecida porque quiero puedo renacer ante la adversidad», ha dicho la joven a la periodista Britt Hennemuth sobre las tragedias que su familia ha sufrido desde el suicidio de su hermano en 2020.

Las tragedias, sin embargo, han ido acompañadas de momentos felices, como la llegada de su primera hija, su nominación a los premios Emmy por ‘Daisy Jones’ y su aclamado papel en la película ‘War Pony’. Y aunque «soy consciente de que he pasado por mucho y no me siento víctima», ha tenido que hacer frente a momentos muy trágicos: la muerte de su hermano, por suicidio, en 2020, el fallecimiento de su madre, después de complicaciones de una cirugía previa para bajar de peso, a principios de este año y también una sorprendente pelea legal con su abuela, Priscilla Presley, por el patrimonio de su progenitora y, por lo tanto, Graceland, así como por el interés de la familia en Elvis Presley Enterprises.

En la entrevista, que saldrá en los quioscos el próximo 15 de agosto, la actriz habla con franqueza sobre la intensa batalla legal por la icónica propiedad de Graceland, la casa de Elvis, que le dejó en herencia Lisa Marie, así como Elvis Presley Enterprises. La primogénita del intérprete, que era la única fideicomisaria y administradora, se lo dejó a Keough y sus hermanos antes de morir. Y ante esta decisión, la exesposa del cantante cuestionó la «autenticidad y validez» del testamento de su hija con respecto a la herencia. Tras la disputa legal, las partes llegaron a un acuerdo propuesto que instaló a Keough como único fideicomisario.

«Cuando mi madre falleció, había mucho caos en todos los aspectos de nuestras vidas. Sentí como si la alfombra bajo mis pies hubiera sido arrancada y el suelo se hubiera derretido. Hubo momentos de pánico para entender cómo avanzamos, y me tomó un minuto entender los detalles de la situación porque era complicado. Somos una familia, pero también hay un gran espacio comercial en nuestra familia. Por eso creo que había que tener claridad», explica. Además, sin timidez, confiesa que la relación con su abuela nunca ha sido fácil. «Estoy tratando de pensar cómo responder. Hubo un poco de agitación, pero ahora todo va mejor. Ella es una mujer hermosa y fue una gran parte de la creación del legado de mi abuelo y de Graceland. Él era el amor de su vida. Cualquier información en su contra me entristece porque, al final del día, todo lo que quiere es amar y proteger a Graceland, la familia Presley y el legado. Esa es su vida».

Tocando otro asunto personal, Keough ha compartido algunos detalles sobre el nacimiento de su hija, un evento que reveló públicamente durante el funeral de Lisa Marie Presley, dejando caer los detalles en una declaración que fue leída por su esposo, Ben Smith-Petersen. La joven confiesa a la revista que dio la bienvenida a Tupelo Storm Smith-Petersen a través de una madre gestante en agosto de 2022. El primer nombre de la niña es un homenaje a la ciudad de Mississippi donde nació Elvis Presley, y el segundo, Storm, era el segundo nombre de su hermano Benjamin, de quien dijo, «en muchos sentidos, lo consideraba como mi gemelo».

Madre por gestación subrogada

También ha hablado sobre su diagnóstico de la enfermedad de Lyme, un trastorno autoinmune que la debilita y le obligó a acudir a la subrogación para ser madre: «Creo que es un acto maravilloso, desinteresado e increíble el hecho de que estas mujeres ayuden a otras personas. Puedo tener hijos, pero mi enfermedad hubiera podido complicar el embarazo».

Sobre su madre, Riley desliza que Lisa Marie asistió con ella a los Globos de Oro de 2022 dos días antes de su muerte. «Cenamos juntas», rememora Keough sobre la última vez que la vio. «Recuerdo haber pensado en lo hermosa que se veía. Ese es el recuerdo que me queda de la cena. Cuando perdí a mi hermano, no había ningún mapa que me guiara, y eran muchas las emociones que no sabía enfrentar», ha dicho antes de añadir que «cuando perdí a mi madre, estaba un poco más familiarizada con el proceso y descubrí que trabajar me era realmente útil. Me irrita cuando la gente dice que la felicidad es una elección, pero ahora sé que rendirse no lo es. No he permitido que su pérdida me supere. Creo que empiezo a moverme a través del dolor y lo puedo enfrentar».

By García Herrera Marta