Por primera vez, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, salió este sábado, sin tapujos y eufemismos, en defensa de la ley de amnistía que negocia con el independentismo. Lo hizo ante su Comité Federal y «en nombre de España». Unas palabras que han provocado al reacción de la fundación FAES, que en su último análisis emite un contundente decálogo con el que desmentir las palabras del socialista.
«La intervención ha sido un despliegue estomagante de mentira, manipulación y sectarismo», afirma el organismo presidido por el expresidente del Gobierno José María Aznar. «Sánchez sirvió un pringoso alegato en favor de la amnistía sin sugerir el más mínimo reproche a quienes arrollaron los derechos de los ciudadanos de Cataluña, quebraron la Constitución y el Estatuto y generaron una sucesión de actos violentos para hacer valer sus propósitos rupturistas».
Por estos motivos, «como antídoto», desde la fundación emiten un decálogo de «verdades» con las que desmentir a Sánchez. En primer lugar, señalan que lo que está haciendo el presidente en funciones es «un negocio descarnado a costa del Estado de derecho» en el que otorga «impunidad a los golpistas a cambio de votos».
El organismo descarta que la medida de gracia general sirva para el reencuentro, sino lo contrario: «Los secesionistas quieren romper España». «Si algo promueve la amnistía es la separación», reiteran y añaden que una posible ley de este tipo lo que conlleva es una «consolidación de la posición del independentismo en la unilateralidad y la aceptación de la legalidad del referéndum inconstitucional».
«La amnistía no fortalece la posición internacional de España. Que alguien a quien el Parlamento Europeo ha levantado la inmunidad parlamentaria reciba ese poder por parte de los socialistas, desacredita a nuestras instituciones judiciales», insisten desde FAES, quienes además recuerdan que el rechazo a esta hipotética ley no es solo «cosa de PP y Vox» sino también de «históricos socialistas, periodistas e intelectuales, organizaciones de la sociedad civil, juristas y representaciones sociales».
Asimismo, advierten que afirmar que se trata de un «remedio» frente a unas condenas excesivas no es más que un «atentado frontal contra la independencia judicial y una arbitrariedad contraria a la igualdad». «Los sediciosos saben que, si lo vuelven a hacer, sencillamente no habrá consecuencias penales ni de otro tipo», remarcan.
«La convivencia no saldrá fortalecida. La amnistía sólo reafirmará a los golpistas en su estrategia, les devolverá libertad de acción internacional y les dará acceso a recursos ilimitados. Es muy dudoso que Cataluña esté ‘infinitamente mejor’ como alardeó Sánchez. Lo que sí es cierto es que el secesionismo está mucho más contento. Ahí está la inacabable manipulación: confundir la tranquilidad de Cataluña con la tranquilidad que infunde al secesionismo la impunidad gratuita que va a lograr y la legitimación de sus delitos por un Gobierno que ya ha declarado su debilidad y que se ha convertido él mismo en el vehículo de ataque al Estado que tendría que defender», concluyen