Ricky Rubio pasó de ser una de las grandes promesas del baloncesto a culminar su carrera convirtiéndose en la gran referencia de la Selección española. En 2019, tras años de dudas y con una grave lesión de rodilla a sus espaldas, el base español conseguía tocar la cima convirtiendo a España en campeona del mundo en China y erigirse como MVP del torneo más especial de su vida. Sin embargo, apenas unos años después, la vida del jugador catalán es muy diferente: de tocar la cima con España a decir adiós al baloncesto.
El jugador de los Cleveland Cavaliers ha anunciado este sábado un «parón» en su carrera para cuidar su salud mental: «He decidido parar mi actividad profesional para cuidar mi salud mental. Quiero agradecer todo el apoyo que he recibido de la FEB para entender mi decisión. Hoy #LaFamilia tiene más sentido que nunca. Gracias. Pediría que se respetara mi privacidad para poder afrontar estos momentos y poder dar más información cuando sea el momento», ha afirmado Ricky en un comunicado emitido por la Federación Española de Baloncesto (FEB).
No es la primera vez que un jugador español se retira temporalmente por motivos psicológicos. Algo similar ocurrió hace años cuando su compañero en la Selección, Álex Abrines, anunció que había sufrido de depresión y ansiedad mientras aún jugaba en los Oklahoma City Thunder: «No te podía ni ver. Incluso llegué a odiarte. Vernos era casi una obligación». Entonces, el jugador mallorquín decidió dar un paso al lado para cuidarse y lo mismo hará el base catalán, que presumiblemente no estará en el Mundial de Filipinas, Japón e Indonesia que comienza el próximo 25 de agosto.
Y es que la vida de Ricky Rubio no ha sido nada fácil en los últimos años: de la gravísima lesión que le ha apartado de las canchas durante 380 días a la gran tragedia que marcó su vida. Repasamos el lado más personal del jugador español que dice adiós al baloncesto.
De promesa del baloncesto con 14 años a MVP consolidado
14 años y 11 meses. Esa es la edad que le hizo falta a Ricky Rubio (21 de octubre de 1990) para convertirse en el debutante más joven de la historia de la ACB, consolidándose así como la gran promesa del baloncesto español de los últimos años. Lo hizo el 15 de octubre de 2005 estando en las filas del Joventut de Badalona, el equipo donde creció, y, aunque solo jugó 15 minutos, llegó a anotar 2 puntos, dio 1 asistencia y logró robar 2 balones, dejando pinceladas de su calidad.
En 2008 llegaría su primera oportunidad con la Selección española absoluta, cuando Aíto García Reneses le incluyó entre los 12 jugadores para disputar los Juegos Olímpicos de Pekín. Allí, con apenas 17 años, el base catalán se convertiría en el jugador de baloncesto más joven en conseguir una medalla olímpica, después de que España se hiciera con la histórica plata en una final muy reñida ante Estados Unidos (107-118).
Su carrera no ha dejado de escalar desde entonces. El base fue seleccionado en 5ª posición del Draft de la NBA de 2009 por los Minnesota Timberwolves, lo que hizo que las relaciones con su club de entonces, el Joventut, se enfriaran. Del equipo verdinegro y gracias a un traspaso millonario, Ricky acabó dando el salto al FC Barcelona, donde ganó una Euroliga, hasta que en 2011, anunció su salida rumbo a la mejor liga del mundo.
El sueño de Ricky Rubio se vería completado en diciembre de 2011, cuando el español hizo su debut oficial en la NBA con los Timberwolves, convirtiéndose en uno de los jugadores jóvenes más prometedores de la liga. El catalán ha conseguido encadenar más de una década como uno de los bases más valorados de la competición, jugando en otros equipos como los Utah Jazz, los Phoenix Suns y su último equipo, los Cleveland Cavaliers.
Sin embargo, las mayores alegrías de Rubio han llegado siempre de la mano de La Familia, el apodo que recibe la Selección española de baloncesto. El base tiene en su haber 7 medallas de las múltiples que ha conquistado el equipo en los últimos años, incluidas las dos Medallas de Oro de los Eurobasket de 2009 y 2011, la Medalla de Plata de los JJOO en 2008 o el Oro en el Mundial de China de 2019. Fue en este último cuando, ante la ausencia de las grandes estrellas españolas, Ricky Rubio se desmarcaba como la gran estrella española, consiguiendo convertirse en MVP del campeonato.
Las graves lesiones que han marcado la carrera de Ricky Rubio
El primer año de Ricky Rubio en la NBA fue de ensueño. El español fue uno de los grandes competidores en la lucha por el premio al Rookie del Año, que acabó llevándose el polémico Kyrie Irving. Sin embargo, la ilusión de la joven estrella se vería truncada en marzo de 2012, cuando una lesión de ligamentos en la rodilla izquierda le vería obligado a apartarse de las pistas de baloncesto y perderse así los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
No es el único golpe físico que ha recibido el catalán a lo largo de su carrera. En 2014, un fuerte esguince de tobillo marcaba su peor temporada en la mejor liga del mundo. Este año, el español tan solo disputó 22 partidos y tuvo que ser operado tras una recaída, perdiéndose el curso entero y el Eurobasket de 2015 en el que España se llevó el oro.
La mala fortuna quiso que el pasado 28 de diciembre de 2021, en uno de los mejores momentos de su carrera, el español se rompiera el ligamento cruzado de la rodilla, la misma lesión que había sufrido casi 10 antes. 380 días tuvieron que pasar para que Ricky Rubio volviera a una cancha de baloncesto, en la que ha sido sin duda uno de los golpes más duros de su vida como jugador de baloncesto.
La gran tragedia de Ricky Rubio: la muerte de su madre
En lo personal, Ricky Rubio también ha tenido que hacer frente a duros golpes durante su vida. Y es que, en 2016, el español vivió una de las mayores tragedias de su vida: la muerte de su madre, Tona Vives, con 56 años a causa de un cáncer de pulmón en 2016. El español tenía entonces tan solo 25 años y se desplazó hasta Barcelona para pasar los últimos días de vida con su madre, diciendo así adiós a uno de sus grandes apoyos.
El fallecimiento de Tona dejó muy tocado a la estrella española, que llegó a caer en una fuerte depresión, algo sobre lo que él mismo se sinceró en una carta escrita al The Players Tribune en 2019. «Cuando alguien que amas muere, es como si una niebla te envolviera. Así fue para mí. Me sentí tan sin dirección…», explicó entonces Rubio, para el que sus objetivos vitales cambiaron radicalmente. «Comprendí que perder un partido pasaba a ser una minucia. Vi que, más allá del dolor que te pueda generar una derrota, hay espacio para mucho más dolor. Y por eso tienes que modificar tu escala de valores. Para mí se abrió un proceso que podía haberme destrozado».
A raíz de esto nació The Ricky Rubio Foundation, una organización dedicada a ayudar a los pacientes oncológicos en la lucha contra el cáncer: «Abrir una sala para pacientes de cáncer importa más que ganar un Mundial», aseguraba entonces el español, que se ha implicado mucho en la investigación de esta enfermedad.
Uno de sus grandes apoyos tras la pérdida de su madre fue otro jugador de la Selección, Víctor Claver, que también sabe lo que es perder a alguien por un cáncer. En 2019, Rubio se encargó de cofinanciar una nueva sala para pacientes oncológicos en el Hospital Universitario Dexeus, espacio al que bautizó con el nombre de Javier Claver, padre del gran amigo del base español, fallecido también por un cáncer: «Víctor es mucho más que un compañero de equipo, es un hermano, y los hermanos se ayudan».